La mente humana está dotada de capacidad reflexiva esto es, la capacidad de reflejar los conceptos que en ella se introducen a través de los diferentes procesos cognitivos. Esta capacidad reflexiva de la mente se manifiesta en la forma en que los seres humanos nos relacionamos con nuestro medio ambiente y es un indicador del estado mental de cada individuo en determinado momento.
De esta manera se establece una relación acción - reacción entre el medio ambiente que nos rodea y nuestras respuestas a sus estímulos. Es importante tomar esto en consideración, pues es así que podremos comprender mejor lo que sucede a nuestro alrededor; solo nos es necesario volvernos alertas a las situaciones que nos rodean y a la forma en que se desenvuelven para captar su significado y valor relativo para nosotros.
Una vez que nos volvemos alertas, podemos establecer la diferencia entre los hechos que ocurren, el significado que podemos captar de ellos y el valor que les otorgamos según la relevancia que manifiesten en nuestras vidas.
Todo esto, aunado a otros factores, forman lo que en conjunto se conoce como la personalidad humana. Es por esto que es de primordial importancia el que cada ser humano acepte la responsabilidad de su evolución y se comprometa conscientemente con esta en forma activa y en armonía con su medio ambiente. Cuando se establecen las relaciones entre los estímulos externos y nuestras reacciones ante estos podemos ver de forma mucho más clara el porque reaccionamos como lo hacemos ante algunas situaciones, y de forma diferente ante otras aparentemente iguales.
Podemos entonces señalar algunos acondicionamientos que se manifiestan en nuestro comportamiento, se encuentran arraigados en nuestra mente y actúan de forma subconsciente para nosotros hasta que los identificamos y decidimos que hacer con ellos. Después de identificarlos podemos catalogarlos en cuanto a su utilidad para nuestro propósito principal en la vida, si nos son útiles los fortalecemos, de otra manera los erradicamos.
Tras este proceso depurativo podremos vernos más claramente a nosotros mismos y darnos cuenta que podemos moldear nuestra personalidad por medio de la voluntad, nos convertimos en amos de nuestros hábitos y tomamos conciencia de que podemos crear buenos hábitos para facilitarnos las tareas rutinarias de la vida diaria
Imperceptiblemente cambiamos nuestras vidas pues nos damos cuenta deque esta capacidad de nuestra mente, hasta ahora menospreciada, puede sernos útil para infinidad de cuestiones; y además adquirimos una visión diferente de lo que es la vida y nuestra relación con todo lo que nos rodea.
Este nuevo estado de percepción de la realidad puede compararse con un despertar, pues a partir de ese momento se siente como si se hubiese corrido un velo de ante nuestros ojos y todo parece estar más claro, sobre todo a nuestro intelecto.
Comienza entonces una nueva etapa en nuestras vidas en la cual nos es necesario encontrar respuestas a preguntas tales como ¿Qué es la Vida?, ¿Quien Soy?, ¿De donde vengo?, ¿Hacia donde voy?, ¿Porqué estoy aquí? y tal vez otras tantas que nunca nos habíamos planteado o simplemente no les hemos dedicado el tiempo necesario.
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